1217 MANUSCRITOS: en su mayor parte se trata de tratados y apuntes jurídicos y teológicos, aunque no faltan obras de carácter literario, filosófico, histórico y científico. De los doce códices miniados de los siglos XIV y XV destacan dos biblias latinas y las Postillae de Nicolás de Lira. Deben mencionarse, así mismo, los archivos personales del arqueólogo Antonio Delgado, Luis y Santiago Montoto, y Juan de Mata Carriazo
9.941 OBRAS DEL SIGLO XVI: reflejo de la pujanza de Sevilla en aquella centuria, da cabida a obras de las más variadas disciplinas: Literatura y Filología, Derecho y Legislación, Filosofía, Historia, Matemáticas, Astronomía, Cosmografía, Geografía, Cartografía, Medicina, Farmacia, Ingeniería y Arquitectura. Es además particularmente rico en impresos sevillanos
332 INCUNABLES: algunos de ellos merecedores del calificativo de joyas bibliográficas. Así, junto al Nuevo Testamento de la Biblia de las 42 líneas, el primer libro impreso de la historia, salido de las prensas de Johannes Gutenberg en torno a 1454, destacan un Breviario Carmelitano impreso en Venecia en 1481 (ejemplar único en el mundo), la edición aldina (1499) de la Hypnerotomachia Poliphili, uno de los libros más hermosos de la Biblioteca, y un ejemplar del primer libro impreso en Sevilla, el Repertorium de Alfonso Díaz de Montalvo (Sevilla, 1477)
47.867 EJEMPLARES DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII y 41.049 DEL SIGLO XIX: Gran parte de este fondo se encuentra en la Biblioteca Rector Machado, aunque también hay bibliotecas, tales como las de Humanidades o Derecho y Ciencias del Trabajo, que custodian un volumen importante de éstos.
Donaciones y legados
Las donaciones y legados de personas vinculadas a la historia literaria, cultural y científica de nuestra ciudad, que a lo largo de las dos últimas centurias nos han confiado sus bibliotecas particulares. La lista es larga y sólo se han incluido aquí los nombres de aquellos cuyas donaciones han acrecentado de forma particularmente notable nuestro patrimonio bibliográfico.
Fondos jesuíticos
Muy importante para nuestro patrimonio bibliográfico fue la incorporación de las bibliotecas de colegios de los Jesuitas y de la misma Casa Profesa de la Compañía en Sevilla.
Fondos conventuales
En el s. XIX se unirían bibliotecas pertenecientes a las órdenes religiosas establecidas en Sevilla y su provincia que se vieron afectadas porla Desamortización de Mendizábal.