Introducción
Recibir una carta de rechazo nos puede generar una sensación de fracaso, frustración e incluso malestar y resentimiento. Es importante no tomárselo como algo personal y proceder de forma reflexiva. El rechazo no implica necesariamente que nuestro trabajo no sea de calidad o no tenga interés, sino que probablemente no hemos sabido contarlo o no hemos elegido la revista adecuada para publicarlo.
Cuanto mayor es el impacto de una publicación, más elevada será su tasa de rechazo ya que suelen ser las que más trabajos reciben. Se estima que las revistas de mayor impacto pueden llegar a rechazar hasta el 90 por ciento de los originales que reciben para un número determinado. No obstante, para la mayoría de las revistas parece que la tasa de rechazo se sitúa más bien en torno al 50 por ciento. Por ello, también debemos tener en cuenta estas tasas como indicador para seleccionar en que revista publicamos. No debemos evitar las revistas con mayores tasas de rechazos ya que serán las de mayor prestigio y excelencia.
Tengamos presente que el principal objetivo de la revisión es mejorar la calidad de las publicaciones y, por tanto, de la comunicación de la ciencia. Los revisores realizan para ello una labor altruista, no remunerada y que les consume tiempo de su vida privada.
Razones por las que un artículo puede ser rechazado
No encaja con la temática y propósito de la revista
Detalles formales incumplidos:
- Inglés incorrecto.
- Referencias incompletas o anticuadas.
- Tablas e imágenes que no son suficientemente claras
- Contiene elementos susceptibles de plagio (detección de artículos o partes de artículos ya publicados, uso de imágenes sin los debidos permisos...)
- No sigue las Instrucciones a los Autores definidas por la revista
Artículo incompleto o incomprensible:
- Contiene observaciones o hallazgos, pero no constituyen un auténtico estudio.
- Tiene en cuenta trabajos importantes en la materia, pero olvida otros también significativos.
- Las conclusiones no se sustentan con el contenido del artículo ni con la literatura existente en la materia.
- Los procedimientos descritos o el análisis de los datos no parecen fiables. Deben poderse reproducir, contar con medidas de control y seguir las pautas establecidas en ese campo de actuación.
Artículo aburrido que no constituye un avance significativo en la materia. Es simplemente una pequeña extensión de otro artículo anterior, generalmente del mismo autor.
Opciones después del rechazo
Si nuestro artículo ha sido rechazado, lo último que debemos hacer es descartarlo. Podemos transformar el rechazo en una oportunidad de mejora de nuestro trabajo aplicando las observaciones que hayan hecho los revisores. Tras cada rechazo el artículo puede ir adquiriendo una mayor calidad. Es importante que después del rechazo nos centremos en que hay otras opciones, tales como:
- Volver a enviar el artículo a la misma revista. En ocasiones las revistas rechazan la propuesta de manera inicial, pero es posible que le inviten a volver a intentarlo con posterioridad. Si, por el contrario, la revista decide no aceptar ninguna versión futura deberá respetar su decisión.
- Hacer cambios y enviar a una revista diferente. En este caso es necesario tener en cuenta los comentarios de los editores y adecuar el artículo al estilo y formato de la revista.
- No hacer cambios y enviar a otra revista. Es la opción más sencilla, pero no la más recomendable. Puede que el artículo vuelva a ser revisado por las mismas personas que lo hicieron anteriormente y detectarán los mismos problemas
- Publicaciones alternativas. Olvidar el documento no es la mejor opción. Los datos de la investigación pueden ser muy valiosos para otras personas, por tanto, no deberían quedar ocultos. Si decide no publicarlo en una revista, siempre puede dejar constancia de su investigación en otros medios o redes, como los blogs o repositorios (Dryad o Figshare).
Apelar una decisión de rechazo
Si el artículo ha sido rechazado por los revisores, podemos plantearnos antes de enviarlo a otra publicación, la apelación de dicha decisión. Se recomienda sólo hacerlo en los casos en los que se pueden rebatir científicamente las razones del rechazo. De lo contrario, no es aconsejable ya que es un proceso lento y con pocas posibilidades de éxito.
Debe de ser una apelación lógica, no emocional. Es necesario exponer los puntos de vista al editor sin menospreciar la opinión de los revisores y siempre argumentando sus razones. Para ello debe realizar las siguientes acciones:
- Explicar por qué no se está de acuerdo con la decisión de los revisores y proporcionar nueva información que lo avale. En ningún caso repetir lo que se ha incluido en la carta de presentación.
- Si los revisores han señalado deficiencias en su artículo susceptibles de corrección, indicar cómo las subsanaría.
- Incluir una respuesta a cada uno de los comentarios de los revisores.
- Proporcionar evidencias cuando se crea que un revisor ha cometido errores técnicos en la evaluación de su manuscrito o no lo ha interpretado correctamente.
Bibliografía
- Codina, L. “Cómo responder a la evaluación (peer review) de un artículo científico”. Lluís Codina: Comunicación y Documentación [Internet]. 29 Abr 2019 (Consultado el 22/07/2019); Disponible en: https://www.lluiscodina.com/evaluacion-articulo-cientifico/
- Rodríguez, Ernesto G. "La revisión editorial por pares: rechazo del manuscrito, deficiencias del proceso de revisión, sistemas para su gestión y uso como indicador científico". ECIMED [Internet] 2013 (Consultado el 19/07/2019); Disponible en:
http://www.acimed.sld.cu/index.php/acimed/article/view/420/319